
A veces la convivencia tiene sus bemoles, aun cuando exista un inmenso amor.
La idea es que aprendan juntos a comunicarse, a compartir, a adaptarse mutuamente a pequeñas cosas, a entender el mapa mental del otro, para saber porque hace lo que hace, a conectarse física y sexualmente, a sostener los espacios propios, a atravesar conflictos con los hijos o conflictos de infertilidad, celos y tantas otras cosas.
Nos enseñan a ser individuales e independientes, sin embargo el amor y la pareja requieren poder conectar con otro y lograr trabajar en equipo.